Miguel Hernández eterno

Corte de una imagen de Bernardo Vergara

Madrid borra los versos de Miguel Hernández del memorial de víctimas de la guerra civil de la Almudena

Podrán borrar tus versos, compañero,

y dejar una tumba muda y triste

vacía de tu vida y de tus sueños,

pero tus letras quedarán por siempre

en cada corazón no adormecido

y en cada boca de apretados dientes.

Nunca nos echen un yugo

sobre el cuello de mi raza

que salga pronto el martillo

que libere nuestra alma.

Seamos el huracán

que arrastra yugos y flechas

después del amor, la tierra

después de la tierra, nadie.

Pero quedan tus poemas,

mariposas en el aire.

Que el corazón se revuelva

con la bandera quimérica

con el mito de una patria.

¡Que viva siempre el poeta!

Y que los vientos del pueblo

a las almas colmeneras

nos traigan aún tu palabra

fabricando miel y cera.

Que como niños volemos

junto a la luna del pecho,

con la leche de cebolla

nos sintamos satisfechos.

Quieren extender la muerte

con el poder en sus manos,

quieren silenciar tus versos.

La madrugada madrugó temprano.

Que, sedientos y hambrientos de obra,

no hay tormenta en el cielo que consiga

apaciguar el rayo que no cesa

ni apagar la extensión de tus heridas.

Entre desalentadas amapolas

donde duermes un sueños verdadero

aún tienes que decirnos muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

Magdalena Gómez Amores